jueves, junio 29, 2006

Sandra rumbo al pais de las maravillas

Si existes es porque existe la noche
porque tengo fe en los días nublados
porque soy dócil a tus artes, alfarera fantasma.

Tu palabra, esa salamandra posada en la piedra que soy;
me habita en la deshora del sueño
y me dice: “hay más tiempo que vida”
Pero mujer…
En la cima del reloj,
una duna eterna es una duda eterna.
Corremos presurosos con ese presentimiento de conejo
de que la hora de la hora se aproxima.
Y yo espero, con toda palpitación,
que corramos a un mismo punto
uno de estos días.

martes, junio 27, 2006

Bendita eres entre todas las mariposas

Te has ido con esa lentitud de paloma con la que llegaste un día.
Los sábados de aquel entonces eran ligeros y afinados
y no había domingo sin pecado ni doloroso misterio:
Benedicta tu in papilionibus
y bendito el fruto de tu muerte sin cruz…

Con un “si” nos lo hemos negado todo
un vaso de agua, un beso, unas vacaciones
un encuentro final para mis ojos miedosos
y tus ojos medusos.

Balbuceante,
los cines, los perros y las catedrales
me miran de reojo.
Solo con mi solo de labios
años luz de tu contrapunto.

Habrá que abortar la caricia corazón…
porque alguien sembró una carretera entre nosotros.

Y ya no quiero volver a los libros de geografía
porque te lloro siempre en la capital de Bélgica
en la lista de países escandinavos.

En cada toc-toc de la puerta llega tu nombre.
Yo soy el pararrayos de tus memorias
-que vienen a mi como un crescendo
de cuchillos en el pecho-
y recuerdo entonces, que una vez coexistimos
sin avisarle al mundo.

domingo, junio 25, 2006

Instructivo para tomar café de 6:00 a 7:00 de la tarde

1. Adquiera usted un gusto acentuado
por el café, las tardes de 6:00 a 7:00,
y los instructivos.

2. Encuentre una dama con los mismos gustos.

3. Conózcala, cántele y modifique su nombre.

4. Si los pasos anteriores se cumplieron al pie de la letra,
invítela varias veces a tomar un café tibio y cargado.

5. Sumerja la cuchara en el centro de la taza
y forme ahí un oscuro torbellino
que pretenda hipnotizar a la mujer.

6. Ponga en sus ojos los de usted mismo
y admírela sin decir nada.

7. Entorpézcase siguiendo en su pelo
el flujo de sus rizos
y alabe también sus risas y rosas.

8. Improvise un accidente en el que derrame azúcar
sobre el filo de la mesa
y con los terrones caídos
configúrele una constelación confidencial.

9. Pregúntele si sabe manejar.

10. En silencio, haga caso del consejo villista, es decir,
no la deje hablar, péguele, bésela, dígale:
¡qué chula te ves cuando te enojas!

11. Si no se cumple el paso anterior,
sólo bésela subliminalmente

12. Tenga la firme creencia de que todo ha sido un déjà vu
o que ha perdido completamente la razón.

13. Muera usted satisfecho.


Nota: para mejores resultados es importante
tomarse un cafecito entre los pasos 5 y 12

lunes, junio 12, 2006

Currículum Vitae

Nací un día de poco tráfico
los niños dormían hasta tarde
y las escuelas estaban vacías.
Sucedió en la tierra
donde los reyes abandonan
sus monturas montaraces
a la buena de Dios;
allá donde la lluvia
es un rumor no comprobado.

Como yo no hablaba con soltura suficiente,
mis padres me contaron una historia:
“tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal”.
Yo me conmoví tanto…
Valiente proeza la de aquellos felinos
en pro de mis habilidades lingüísticas.
Ya más crecidito mi abuela quiso instruirme
en la difícil arte de no beber café.
Pero yo era muy desobediente.

Ni siquiera estaba enterado
de la existencia de las mayúsculas
cuando me trajeron a vivir
a esta minúscula ciudad
que se puede atravesar en media hora.
Entonces Dios me bendijo
con el don de negociar con los taxistas
y ocupar sólo veinte minutos.

¡Ah qué tiempos aquellos!
Dios y yo éramos tan cercanos,
tan amigos y cómplices
que hasta me dejaba faltar a la iglesia
un domingo al año
mientras no me quejara
de la hambruna universal,
el monopolio de la fe,
la propaganda política,
los chilangos y su malaleche,
la divina ascensión del dólar,
los boleros sobrecantados,
las novelas gringas de amor,
los pianos desafinados,
las clases de contabilidad,
el orden excesivo,
y muchas otras abominaciones.

Las cosas hoy son distintas.
Los días transcurren siempre
de la misma manera.
Por ejemplo hoy,
así de pronto
sin ocuparme del frío,
sin avisarle a los amigos y familiares
la cruz roja y la policía,
los psiquiatras y los noticieros,
he decidido entristecerme el resto de la noche…

Voy a salir a la calle
con mis ojos de hielo,
al regresar no beberé mi café
y me pondré a llorar
con todas mis plumas en mano.
No pienso renegar
de la suerte que se avecina.
Esquivaré con calma cualquier calmante
(incluso los infalibles):Jaime Sabines,
resolver ecuaciones,
o sembrar girasoles
a mitad de la playa.

Creo que me voy a poner a rezar
una canción de Pink Floyd
y ojalá más tarde pase un gato
y su maullido parezca
una sexta sonata del insano violín de Paganini.

Además, me dejaré la barba
porque tengo miedo…
No quiero llegar al espejo
y encarar el tortuoso interrogatorio
de mi navaja de rasurar.
Quiero pensar que algo pasará
que no será permanente
esto de refugiarme
en la brevedad del sillón
y con la mirada seguir el flujo de los relojes
hasta el amanecer.

Si en algún momento
decido hacerme el valiente,
guardando con vergüenza
las lágrimas en los bolsillos,
me voy a prescribir
un poquito de resignación en altas dosis.
Si acaso no lograra encontrar en la radio
una canción con la frase “No hay que llorar”.
Al menos podré recetarme
una película de Almodóvar
y a la primera tragedia,
tocar la pantalla del televisor
y con la carne trémula de los labios
esbozar una sonrisa con un suspiro que diga:
C’est la vie…Y dolorosamente es cierto.
Así es y así ha sido siempre:

Ayer me dormí leyendo a García Márquez
eran sus cien años de soledad…
hoy desperté sabiendo que de los míos,
a penas van veintitrés.