1. Adquiera usted un gusto acentuado
por el café, las tardes de 6:00 a 7:00,
y los instructivos.
2. Encuentre una dama con los mismos gustos.
3. Conózcala, cántele y modifique su nombre.
4. Si los pasos anteriores se cumplieron al pie de la letra,
invítela varias veces a tomar un café tibio y cargado.
5. Sumerja la cuchara en el centro de la taza
y forme ahí un oscuro torbellino
que pretenda hipnotizar a la mujer.
6. Ponga en sus ojos los de usted mismo
y admírela sin decir nada.
7. Entorpézcase siguiendo en su pelo
el flujo de sus rizos
y alabe también sus risas y rosas.
8. Improvise un accidente en el que derrame azúcar
sobre el filo de la mesa
y con los terrones caídos
configúrele una constelación confidencial.
9. Pregúntele si sabe manejar.
10. En silencio, haga caso del consejo villista, es decir,
no la deje hablar, péguele, bésela, dígale:
¡qué chula te ves cuando te enojas!
11. Si no se cumple el paso anterior,
sólo bésela subliminalmente
12. Tenga la firme creencia de que todo ha sido un déjà vu
o que ha perdido completamente la razón.
13. Muera usted satisfecho.
Nota: para mejores resultados es importante
tomarse un cafecito entre los pasos 5 y 12