Sandra rumbo al pais de las maravillas
Si existes es porque existe la noche
porque tengo fe en los días nublados
porque soy dócil a tus artes, alfarera fantasma.
Tu palabra, esa salamandra posada en la piedra que soy;
me habita en la deshora del sueño
y me dice: “hay más tiempo que vida”
Pero mujer…
En la cima del reloj,
una duna eterna es una duda eterna.
Corremos presurosos con ese presentimiento de conejo
de que la hora de la hora se aproxima.
Y yo espero, con toda palpitación,
que corramos a un mismo punto
uno de estos días.
2 Comments:
¿El amor inunda tu naturaleza?, me admira tu perfecta dulzura.
Sencillo y fugaz.
Faltan algunas figuras retóricas a las que me has acostumbrado, pero no dudo que la salamandra pesa más que tu lengua para una reclamación.
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