Currículum Vitae
Nací un día de poco tráfico
los niños dormían hasta tarde
y las escuelas estaban vacías.
Sucedió en la tierra
donde los reyes abandonan
sus monturas montaraces
a la buena de Dios;
allá donde la lluvia
es un rumor no comprobado.
Como yo no hablaba con soltura suficiente,
mis padres me contaron una historia:
“tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal”.
Yo me conmoví tanto…
Valiente proeza la de aquellos felinos
en pro de mis habilidades lingüísticas.
Ya más crecidito mi abuela quiso instruirme
en la difícil arte de no beber café.
Pero yo era muy desobediente.
Ni siquiera estaba enterado
de la existencia de las mayúsculas
cuando me trajeron a vivir
a esta minúscula ciudad
que se puede atravesar en media hora.
Entonces Dios me bendijo
con el don de negociar con los taxistas
y ocupar sólo veinte minutos.
¡Ah qué tiempos aquellos!
Dios y yo éramos tan cercanos,
tan amigos y cómplices
que hasta me dejaba faltar a la iglesia
un domingo al año
mientras no me quejara
de la hambruna universal,
el monopolio de la fe,
la propaganda política,
los chilangos y su malaleche,
la divina ascensión del dólar,
los boleros sobrecantados,
las novelas gringas de amor,
los pianos desafinados,
las clases de contabilidad,
el orden excesivo,
y muchas otras abominaciones.
Las cosas hoy son distintas.
Los días transcurren siempre
de la misma manera.
Por ejemplo hoy,
así de pronto
sin ocuparme del frío,
sin avisarle a los amigos y familiares
la cruz roja y la policía,
los psiquiatras y los noticieros,
he decidido entristecerme el resto de la noche…
Voy a salir a la calle
con mis ojos de hielo,
al regresar no beberé mi café
y me pondré a llorar
con todas mis plumas en mano.
No pienso renegar
de la suerte que se avecina.
Esquivaré con calma cualquier calmante
(incluso los infalibles):Jaime Sabines,
resolver ecuaciones,
o sembrar girasoles
a mitad de la playa.
Creo que me voy a poner a rezar
una canción de Pink Floyd
y ojalá más tarde pase un gato
y su maullido parezca
una sexta sonata del insano violín de Paganini.
Además, me dejaré la barba
porque tengo miedo…
No quiero llegar al espejo
y encarar el tortuoso interrogatorio
de mi navaja de rasurar.
Quiero pensar que algo pasará
que no será permanente
esto de refugiarme
en la brevedad del sillón
y con la mirada seguir el flujo de los relojes
hasta el amanecer.
Si en algún momento
decido hacerme el valiente,
guardando con vergüenza
las lágrimas en los bolsillos,
me voy a prescribir
un poquito de resignación en altas dosis.
Si acaso no lograra encontrar en la radio
una canción con la frase “No hay que llorar”.
Al menos podré recetarme
una película de Almodóvar
y a la primera tragedia,
tocar la pantalla del televisor
y con la carne trémula de los labios
esbozar una sonrisa con un suspiro que diga:
C’est la vie…Y dolorosamente es cierto.
Así es y así ha sido siempre:
Ayer me dormí leyendo a García Márquez
eran sus cien años de soledad…
hoy desperté sabiendo que de los míos,
a penas van veintitrés.
8 Comments:
Excelso carnal!!!
Chido que ya empieces a escribir de nuevo, ya se andaba requiriendo mas creacion de este tipo.
Enhorabuena, y propongo un poema épico de amor para el smi-smi.
tu estilo: DIFERENTE, UNICO, tienes el don de captar la atencion del lector y sabes? es de grandes, te dedicas a lo tuyo sin duda, y no hace falta decir que me encanto.
hoy conoci el inicio de tu travesia, que no pintaba para que fuera deprimente y finalizo con un magnifico entedimiento de la enfermedad tan similar que nos une como amigos nene, calificacion 10
De aqui alla te vas en tu escritura y me llevas... gracias por el paseo.
¡No sabes lo que daría yo por tener el 0.05% del talento que tienes! Mis respetos y mi admiración
Despues de leer tu Curriculum, me parece muy díficil decidirme por cual de tus poemas es mi favorito...
¡Ja ja ja!
Justo en el comentario anterior acabo de escribir algo similar a tu final... ¿telequinesis acaso?
Sí, se nota una gran evolución en tu poesía de los últimos tres años.
Aquí hay muchísimos sonidos repetidos que están muy juntos, y la ennumeración se vuelve chocante.
Aguas con tanta cacofonía, pero en fin... hay comparaciones tan bien logradas que me han arrancado, como siempre en lo tuyo, un enorme suspiro.
Naciste para ser poeta, lo sabré yo...
Hoy he repasado tu Curriculum para asegurarme de que nuestra deliciosa charla en verdad sucedió y no fue un sueño o un cuento inventado por Fer. Ya he despertado, escucho a Pink Floyd y se me antoja un poco de tu singular guacamole duranguense... jaja!
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